Muy a menudo, en los casos de divorcio, se recomienda a un experto que realice un «análisis del estilo de vida» en el que los ingresos y gastos de las partes son analizados por un contable forense para determinar si existen discrepancias o «señales de alarma» en relación con las finanzas de las partes. El análisis puede ser especialmente importante si sólo una de las partes de un matrimonio controlaba las finanzas y/o se sospecha que hay ingresos o bienes ocultos. Un contable forense cualificado analizará las finanzas de la pareja durante el matrimonio y evaluará el panorama financiero tras el divorcio. El contable examinará los gastos de manutención conyugales de las partes y los gastos familiares para determinar cómo se gastó el dinero durante el matrimonio y quién lo gastó. El informe también incluirá una evaluación de los gastos futuros de cada parte tras el divorcio.

Así pues, la realización de un análisis del estilo de vida puede proporcionar información significativa relevante para las evaluaciones de la custodia, la manutención de los hijos, la pensión alimenticia y la distribución equitativa. Un análisis del estilo de vida puede garantizar un reparto justo de los bienes y el establecimiento de ayudas económicas para los miembros de la familia. Al fin y al cabo, el objetivo del divorcio es permitir que cada parte mantenga un estilo de vida similar al que disfrutaba durante el matrimonio, garantizar que los hijos reciban un sustento económico adecuado y que cada parte se mantenga económica y justamente.

El análisis del estilo de vida puede revelar disipación de activos (es decir, cuando uno de los cónyuges agota intencionadamente los fondos conyugales). En los divorcios muy conflictivos, una de las partes puede empezar a gastar excesivo dinero en nuevas relaciones, adelantar pagos para futuros gastos personales o abusar de las líneas de crédito. Un análisis del estilo de vida puede detectar estas discrepancias y demostrar al Tribunal cómo ha cambiado ese gasto a lo largo del tiempo. Además, el informe puede mostrar exactamente de qué bienes dispone la pareja que se divorcia. Cuando los gastos relacionados con el estilo de vida igualan o superan los ingresos declarados, se puede deducir que fuentes de ingresos no declaradas financian estos gastos.

El Tribunal necesita una imagen clara y precisa de los bienes, ingresos, deudas y gastos de las partes divorciadas para decidir equitativamente sobre el asunto. Un análisis del estilo de vida garantiza que el Tribunal disponga de toda la información necesaria para determinar correctamente el reparto de bienes, así como las decisiones relativas a la manutención de los hijos y la pensión alimenticia en un procedimiento de divorcio.